Tras haber inaugurado el día anterior
la escultura “Fitting Snakes”, situada en el Parque de La Granja de la capital
tinerfeña, el portugués José de Guimarães desarrolló el viernes 11 de octubre
una conferencia en el Salón de Actos de la Demarcación de Tenerife-La Gomera y
el Hierro del COAC.
Vicente Saavedra fue el encargado de realizar una presentación de la
trayectoria del autor y de las vicisitudes que ha sufrido su obra en Santa Cruz
para que finalmente pudiera ser inaugurada, tomó la palabra el artista
portugués José Maria Fernandes Marques, (conocido bajo el pseudónimo de José de
Guimarães), para contarnos su vida y obra, así como compartir diversas
reflexiones sobre su trabajo.
Nacido en la localidad de Güimarães en 1939, de la que ha tomado su nombre profesional,
el artista luso tuvo en 1967 su primer contacto con África, cuando llegó a este
país para realizar el servicio militar en la antigua colonia portuguesa de
Angola. "Lo que pensé que iba a ser un desastre, se convirtió en una de
las experiencias más positivas que he tenido desde el punto de vista
creativo", manifestaba el artista.
Güimarães quedó fascinado por los métodos expresivos que allí tuvo la
oportunidad de observar y se lanzó, desde su propia óptica, a reproducir
aquellos modelos. Fruto de esa experiencia fueron las 132 piezas que componen
su primera gran obra maestra, "Alfabeto africano", elaboradas entre
los años 1972 y 1974.
El portugués se inspiró para ello
en una tribu que utilizaba pequeñas estampas que el marido regalaba a la mujer
y que iban más allá de la propia escritura, por cuanto que con un pequeño
dibujo, a manera de ideograma, eran capaces de transmitir distintas sensaciones
y estados de emoción. "Mi alfabeto tiene una autonomía y una simbología
propia, aunque parte del entendimiento de estas artes", afirmaba el
artista. Con posterioridad repetiría este particular código de comunicación con
otras culturas.
Güimarães se marchó de Angola en 1974 y desde entonces sigue creando obras
influidas por los distintos estilos africanos allí presentes, como "El
gran fetiche rojo" o "Totem", ambas de 1990.
Posee unas excelentes colecciones de máscaras y objetos tribales de África
y también de Méjico y China, países y culturas con las que se ha relacionado
después de su primera experiencia africana.
El artista tuvo la amabilidad de regalar un libro sobre su obra para la biblioteca de la Demarcación.
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